Un día como hoy hace 106 años, el 13 de mayo de 1917, cuando la Virgen de Fátima se aparecia por primera vez en Portugal a los tres Pastorcitos en Cova de Iria, estaba siendo consagrado Obispo Eugenio Pacelli en Roma a la misma hora de la aparición en Fátima, a la hora del Regina Coeli, quien luego se convertiría en el Papa Pío XII.

A la edad de 41 años, Mons. Eugenio Pacelli recibió la consagración episcopal en la Capilla Sixtina en el Vaticano de manos del Papa Benedicto XV, que se encontraba en su tercer año de pontificado.
 
El 3 de abril de 1899, el recién ordenado P. Eugenio Pacelli celebró su primera Misa en la Basílica papal de Santa María la Mayor, donde está la imagen mariana de la Salus Populi Romani.

Como Obispo leyó el Tercer Secreto de Fátima, el cual lo mantuvo preocupado por el contenido, que en sus comentarios hace alusión que habla sobre la gran apostasía inminente, como Papa, no pudo declarar al mundo el mensaje puesto que murió en 1958 y debía ser dado a conocer en 1960, al antipapa Roncalli no le importó darlo a conocer, lo ignoró para abrir "las puertas del mundo" a la Iglesia y comenzará el "aggiornamiento", "la puesta al día" y no  quería escuchar a "los profetas de la calamidad", palabras al dar inicio al conciábulo.

El Papa Pacelli también consagró al género humano al Inmaculado Corazón de María en 1942. 

El Papa Pío XII fue sepultado el 13 de octubre de 1958, exactamente 41 años después de la última aparición de la Virgen de Fátima.

Pío XII fue también quien proclamó el dogma de la Asunción de la Virgen María “en cuerpo y alma a la gloria del Cielo”, el 1 de noviembre de 1950 con la constitución Munificentisimus Deus.

Antes de la proclamación del dogma, el Papa Pacelli vio varias veces “milagro del sol” que ocurrió en octubre de 1917 en Fátima.

Pío XII escribió en una hoja que fue “sorprendido por un fenómeno, nunca hasta ahora visto por mí. El sol, que estaba todavía bastante alto, parecía como un globo opaco amarillento, circundado por un círculo luminoso" que "se movía ligeramente en el extremo, tanto girando como desplazándose de izquierda a derecha y viceversa. Pero dentro del globo se veían, con toda claridad y sin interrupción, movimientos muy fuertes”.

Este fenómeno lo vio mientras caminaba en los Jardines Vaticano el 30 de octubre, en la víspera de la proclamación del dogma de la Asunción y lo consideró como una confirmación de lo que iba a hacer dos días después tras recibir solo seis respuestas con algunas preocupaciones, de un total de 1.181 provenientes de todo el mundo tras una consulta que se inició de forma reservada en 1946.

El episodio se repitió el 31 de octubre, el 1 de noviembre cuando proclamó el dogma y el 8 de noviembre, “y después ya no”.

El Pontífice escribió que intentó en otros días, a la misma hora de la tarde y en condiciones atmosféricas semejantes, “mirar el sol para ver si aparecía el mismo fenómeno, pero en vano; no pude mirarlo ni siquiera un instante, la vista quedaba inmediatamente deslumbrada”.

El 11 de octubre de 1954, mediante la encíclica Ad Caeli Reginam “sobre la realeza de la Santísima Virgen María”, Pío XII estableció la fiesta de María Reina, que actualmente se celebra el 22 de agosto.

Su Santidad Pío XII es un verdadero privilegiado de la Santísima Vírgen María, último Papa que la Santa Iglesia Católica ha tenido y defensor de la Doctrina Católica, un Santo.

El mensaje de la Santísima Vírgen fue: penitencia, reparación, oración, sacrificio, rezad el Santo Rosario, rezadlo, honrar a su Inmaculado Corazón y dejad de ofender a Dios Nuestro Señor que ya es bastante ofendido, la apostasía está a las puertas, su fuerza y salvación será el Santo Rosario a su Inmaculado Corazón.

Su Santidad Pío XII, rogad por la Santa Iglesia dispersa en medio de la gran apostasía.

"Al final mi Inmaculado Corazón triunfará"
- Nuestra Señora de Fátima -